Cadena
Mi hermano, con las manos engrasadas, corre la moto, mancha la pared, la puerta, el picaporte, engancha una planta (rosa china) con algo de la moto dejando todo un quilombo de tierra en el piso y le grita a mi viejo para que corra al auto porque ahí molesta, porque ahí iba la moto y su bicicleta.
Mi viejo, haciendo miguerío para darle a unos pajaros sale, pisa la tierra que cayó de la maceta, hace barro hasta el auto y desde el fondo se queja por la tele que alguien dejó a un volumen desorbitante.
Me grita. Me dice que baje esa tele que así no se puede vivir, que desde el fondo se oye (la dejó así él mismo), me dice que dejé el auto torcido y por eso no entra la moto, me caga a pedos porque mi bici ocupa espacio y porque hay dedos con grasa en la ventana de mi cuarto.
Yo, voy y apago la tele, le seco los platos a mi vieja, le dejo a mi hermano la escoba y la pala cerca de la tierra y le comento a mi viejo que mi bici se la regalé a un indígena promedio.
Yo que no tengo moto ni me engraso los dedos vuelvo a mi cuarto y sucede lo peor: encuentro al perro con una mancha de grasa en medio de la cabeza.
(Y le grité)
Etiquetas: Crisis existencial
Derrochado x Fran a las 1:23 a. m.