Campaña del mes


Campaña Septiembre 2008


  • Ilegalmente rubia
  • Read me
  • Botona
  • Glamorosa basofia
  • Bonjour pedazo de zoquete!
  • Delirios
  • Tenemos que hablar
  • Mujer gorda
  • Poco recomendable
  • Yo... la peor de todas
  • Yo necesito que vos pienses
  • AutoLiniers
  • Recorriendo el laberinto
  • Agarráte Catalina!
  • That's all I'm saying
  • Maguila
  • Baba de diablo
  • Pájaro en mano
  • Melquíades
  • Bebulan
  • Bien ahí
  • El té de las seis
  • I wanna be sedated


  • Manteca rancia...


    Verdades Diarias - El primer blog de Fran...


  • Blogdir
  • Claro
  • Frank Lourenço
  • Diccionarios
  • Te adopto
  • A.P.E.M.A
  • Travis On line
  • Televisión.com.ar
  • Ciencias de la Comunicación
  • Lola Complementos
  • Revista Alrededores
  • Facebook
  • Taringa!


  • Sponsors fiesteros...


    Locos y Derrochones...

    Blogger...

    Vamos! dilo de una buena vez...

    argentino.com.ar MaT está en
    Argentino.com.ar


    Estadisticas Gratis

    Fran en papel...





    "El" mail...


    Quejas, NO!

    martes, septiembre 30, 2008

    Top 4

    Últimos 15 días:

    (Buah!)

    Etiquetas:

    Derrochado x Fran a las 2:57 p. m.  

    jueves, septiembre 18, 2008

    Wicked little town

    Yo creo que a este blog le está haciendo falta más de Hedwig luego de
    unos meses y más después de tan buenas repercusiones (?) Son 3 minutos, aire nuevo, y la traducción es una chota, pero es lo que hay.



    (Sigo recomendando la película a rajatablas)

    Etiquetas: ,

    Derrochado x Fran a las 11:20 p. m.  

    martes, septiembre 16, 2008

    Abanderado

    Esto de acá no sale: Primero que nada esto es noticia reciente, o sea que cumple con un criterio de noticiabilidad (?) o varios, y aunque en realidad no debería saberlo nadie, mi fidelidad hacia Uds. me sienta frente a mi precioso monitor para contarles el episodio:

    Resulta que venía de la facultad, en el auto, cantando a los gritos como ya todos saben. No sé por cuál motivo (es bueno, obvio) están por todos lados haciendo controles de alcoholemia.

    (Hacemos un stop para agregar que mi primer control de alcoholemia fue hace unos meses, una madrugada de sábado cuando volvía de casa de una amiga con la panza llena de gaseosa después de mirar películas y comer golosinas como cerdos. Una vergüenza, ni una gota de alcohol)

    Cuestión que veo a dos hombrecillos a unos 50 metros vestidos de azul y negro que hacían con espamento peculiares señas para que detenga mi metalizado auto. No tuve más opción que hacer caso omiso y frenar casi de golpe olvidando de este modo bajar la música que a un volumen violento salía del carro al resto del mundo. También tuvieron suerte que no les pase por encima.

    Acto seguido bajé el vidrio mientras con una mano buscaba nerviosamente unos documentos y al girar mi cabeza hacia la izquierda encontré a unos pocos centímetros de mi cara al rostro cizañero del muchacho que controlaría mis niveles etílicos y se dio el siguiente diálogo:

    Yo: Sí (?), buenas noches...

    Controlador de nivel etílico en sangre: Buenas noches... Madonna?

    Yo: ehm... ¿qué? (me mató)

    Garca retrasador (?): (señala el estéreo y pone cara de música muy fuerte) eso...

    Yo: (cayendo en el momento de lo que sonaba) ¡Ah! no... (le agrego actitud y se va a la puta que lo parió) bah casi eh, igual es el tema de Evita! (!!!)

    Pelotudo con sonrisa de tarado: Claro, sí, eso... (!!!)

    Después de eso decidí continuar mi regreso en calma y para evitar otra situacion así puse un CD de mi padre que encontré por ahí: La carretera, de Julio Iglesias.

    (¿Sabían que viene Julio al país?! WooOWOWO!)

    Etiquetas:

    Derrochado x Fran a las 11:50 p. m.  

    lunes, septiembre 08, 2008

    No superación

    Esto va a ser terrible: Le canto al auto mientras le solicito que no se vaya a quedar. Y cuando empieza a regular mal le doy una palmadita de amigo (¡¿?!) en el volante mientras le tiro buena onda.


    (Me quiero morir)

    Etiquetas:

    Derrochado x Fran a las 9:09 p. m.  

    jueves, septiembre 04, 2008

    Autosuperación I

    Ya pasó un tiempo prudente y puedo contar por qué no seguí con mi terapia. Para empezar todo había comenzado en el verano y la mujer que sería mi analista pretendía verme un par de encuentros y después irse de vacaciones.

    Mientras yo sufría por amor, mientras no pegaba un ojo de noche, mientras el estómago se me había cerrado como un ojete cuando en el bidet se quema con el agua (¡qué paradójico!) ésta joven profesional se iba a vacacionar.
    Me la imaginaba corriendo mar adentro, haciendo fuerza con sus delicados bracitos entre las no tan cálidas aguas de nuestra costa, para llegar al momento en que la ola rompiese y ella pegar un júbilo tras un saltito lleno de timidez para luego mirar a sus amistades (que con ella rompían la ola) en búsqueda de miradas cómplices y esperar por otra venida de agresivas aguas.
    Además la imaginé cenando en cada uno de los restós de la costa, intoxicada con mariscos y pretendiendo luego ir a bailar descocadamente mientras yo, asándome en el verano más repugnante de mi vida, agonizaba internamente como una tortuga intentando cruzar alguna avenida, ancha muy ancha.

    En el primer encuentro me hizo saber que ya para el tercero iba a ser atendido por otra psicóloga pero que no me hiciera drama porque siempre hacen así en los veranos y aun nadie se había vuelto loco. Qué irónica la muy conchuda.
    Eso no me gustó una mierda, me pareció abandónico, no entendían que yo estaba desequilibrado y que si no hacían algo las iba a ir a buscar donde estuvieran festejando las vacaciones para meterles sus cabezas en la arena sucia y patearles el culo al grito de: "¿no ven lo que me hicieron?, ¡no ven!". Pero en ese momento me di cuenta que no era la culpa ni de mi psicóloga ni de la que fuera a reemplazarla por dos semanas. La infracción era de mi ex, que desde cualquiera haya sido su ubicación no hacía más que lanzar estruendosos rayos negativos sobre mi vida. Él y otro pescado que se portó muy mal y que debí haber cagado a bollos como hacen los hombres. Pero no, soy un ser civilizado y que antes de mover el culo para romperle los huesos a alguien, lo muevo para irme al río a fumarme un pucho y tomarme una Coca Cola. Siempre Zero.

    Me pareció injusto no darle la oportunidad a la mina esta ni a su suplente. Ambas debían tener el derecho de conocerme y ver mi caso, porque para todo esto yo estaba con 5 kilos menos, bronceado como la argolla de mi vieja y lucía unas pilchas súper coloridas. Asimismo los contenidos de las charlas eran una fiesta.

    Esto que sigue no se lo conté nunca a nadie por una cuestión de intensos pruritos: En la segunda cita, Julia aprovechó la previa a su viaje del orto y quiso presentarme a quién sería mi terapeuta por unas semanas. Antes de hacerlo me preguntó si yo quería:

    Julia: ¿queres que aprovechemos y conocés a quién me va a reemplazar? Así charlamos un poco los tres.

    Yo: ¿y por qué no habría de querer?

    Julia: no sé, capaz preferís esperarme.

    Yo: (mmm esta mujer es peligrosa) ¿acaso debería esperarte?

    Julia: mejor ya vengo con XXXXXX...

    Y no es que quiera resguardar la identidad de esta segunda mujer, que entró detrás de Julia a la pequeña sala, pero en el momento que atravesó el portal sentí que me moría, que me faltaba el aire y que me iba a desmayar, y obvio, nunca retuve el nombre.
    La psicóloga sustituta era el calco de la hermana de mi ex (psicóloga también) No supe si por extensión familiar, que no porque no era, levantarme y ponerle el cesto de papeles de sombrero y gritarle compulsivamente hasta quedarme sin voz y romper en llanto o darle la mano y hacerle saber que su sangre debía estar lo mas alejada de mi humanidad, de mi familia, de todo y que haga saber mis palabras al resto del mundo. No supe que decirle y creo que ni la pude mirar más que ese segundo. Ni la oí. Ni volví a decir más nada. Esperé que ellas hablen todo y se pasen la información y me fui casi escandalosamente corriendo olvidando en el escritorio las llaves del auto.

    Fue tan horrible el momento que preferí esperar escondido por la cuadra de enfrente a que estas mujeres se fueran para volver a pedir las llaves (apostaba directamente a que se la dejen al encargado, si no era así tenía que cortarme las bolas) Habré esperado una hora y monedas, mientras me mojaba bajo una copiosa lluvia de enero y mis cigarrillos terminaban todos en la zanja ya mojados previamente.

    Luego de llevarme las llaves, me fui y no volví jamás. Me di cuenta que las cosas una vez más tenía que hacerlas a mi modo, que acá la culpa no era ni de estas mujeres, ni de mi ex, ni del pescado, ni de mi ex cuñada (por así decirle ya que nunca fui parte de su familia) ni del encargado del lugar, ni de la lluvia de enero que ventajosamente ocultaba que había llorando más de una hora pero no de tristeza sino por no encontrar techito y no poderme meter al auto. La culpa de todo era mía.

    (Y listo, testigos dicen que es increíble mi autosuperación ¿?)

    Etiquetas:

    Derrochado x Fran a las 8:38 p. m.