Hasta que me olvides, voy a intentarlo... (Madonna me la chupás)
Este noviembre no podía ser menos, claro está, y ya lo voy transitando con reuniones llenas de tensión para un gran trabajo práctico, con otras entregas, parciales uno atrás de otro y por supuesto, con todo lo que esto implica: asistir sin opciones a clase, leer hasta sentir los ojos secos como un huevo duro y dormir poco, manteniéndome alejado de lujos terrenales como la tele, la máquina y algunas salidas placenteras.
Como si fuera poco, noviembre se está alzando con inesperadas altas temperaturas que se marcan en los termómetros menos delicados (?) y esto suma mucho, porque estudiar, ir y venir, etc. con este calor... no es nada recomendable. Y menos cuando, como dije antes, noviembre saca vida como los videojuegos*.
Sumamos y sacamos un total: Noviembre es el mes de la muerte... pero yo hoy me compré un aire acondicionado y me regalaron entradas para ir a ver a Luis Miguel y contra todo lo imaginado, voy a ir a cantar hasta que la garganta se me abra a la mitad y se me vean las cuerdas vocales moviéndose como si se trataran de una persona con convulsiones.
Eso sí, de esto no se tiene que enterar nadie.
*Parafraseando a Gabulina
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Derrochado x Fran a las 10:23 p. m.