Todo tiene una razón
Cuando pude reponerme tras intensos espasmos, toqué timbre inmutado. Pero esto no es todo, lo que había empezado siendo acompañado por "ooohhh", "aaahhhh", "¡ooaoaoaaooaah!" y demás interjecciones onomatopéyicas por parte del resto de los pasajeros se convirtió en un aplauso cerrado y algún que otro gritito de fanatismo.
Yo despierto esas sensaciones en la gente.
Hoy voy a la farmacia y apenas logro conectarme con los diálogos que ahí dentro se producían capto a un cliente que le decía al farmacéutico: -Hoy seguro me desmayo- y ni bien terminó de decirlo pasaron 3 segundos cronometrados y el alto hombre de unos 38 años cayó a la cerámica monocromática como sorete de vaca (?) pero antes de quedar totalmente tendido en el piso, este señor le dio un golpe con una mano a un caja llena de golosinas que volaron picarezcamente por los aires y con la otra mano le dio un bife a unos canastitos de los cuales salieron despedidas varias cosas que quedaron desparramadas por la totalidad del comercio. No obstante, antes que todas las porquerías toquen tierra, yo recibí un mamaderazo volador.
También provoco esas cosas en la gente.
Y es por eso que no estuve posteando, porque estoy hace días muriéndome de la risa como un verdadero idiota.
(Ojo, también podría contarles que se me prendió fuego el CPU... pero eso es otro tema)
Etiquetas: En la calle, Tierra tragame
Derrochado x Fran a las 12:07 a. m.